viernes, 18 de septiembre de 2009

La ceguera

Cuando sentís lo que el otro siente, no necesitás ver, porque uno ve con los ojos, pero también puede hacerlo con las manos y con el corazón…
Solamente se trata de ponerse en el lugar del otro y entender…
Porque lo esencial es invisible a los ojos, y porque mirar al otro, es un acto de amor…
¿Mirar es lo mismo que ver?
¿Poder mirar es lo mismo que poder ver?
Poder mirar es ir de frente.
Poder ver lo que todos los demás ven.
Veo lo que todos los demás no ven.
Ver tu propio ombligo y más allá de tu ombligo.
Todos los días sufro por lo que no puedo ver.
Todos los días sufro por lo que veo. Si se puede mirar sin ver…
Entonces ¿Qué es la ceguera?
Cuando sentís lo que el otro siente no necesitás ver.
Como poder ver una cara triste y no sentirse tristes. Como poder ver unas lágrimas sin llorar.
Y ahora que no puedo ver empecé a ver. Y veo todo lo que miramos para no ver lo importante.
Uno ve con los ojos, pero también se puede ver con las manos, con la nariz, con los oídos. Para no ver hay que desconectarse, aislarse.
Todos solos, no ven, no escuchan, no huelen.
“Lo esencial es invisible a los ojos” es mucho pero mucho más que una frase hecha.
No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Sentir con el otro lo que el otro siente…
Eso nos hace más buenos…
Eso nos hace amar y ser amados.
Sin eso estamos solos.
Porque ver al otro es un acto fisiológico, pero mirar al otro es un acto de amor.
No alcanza mirar para ver, ni ver para sentir… porque no sentir es la verdadera ceguera.

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